El año 2020 cambió el paradigma que ha regido a la industria farmacéutica en Europa. De forma abrupta, el continente comprobó que su dependencia del sudeste asiático en materia de fabricación de medicamentos esenciales superaba con creces los límites de las necesidades que se desprenden de los sistemas sanitarios. Durante años, las políticas de presión sobre los precios de las terapias provocó una deslocalización hacia países donde los costes de fabricación son mucho menores. Al mismo tiempo, Europa también veía con buenos ojos la huida de fábricas de químicos muy contaminantes.
Ahora, la situación es diferente, si bien algunos dogmas se mantienen. La nueva estrategia europea farmacéutica establece algunos de los principios que marcarán la agenda de la próxima década. Por un lado, se emplaza a los estados miembro a colocar al medicamento ‘made in europe’ en una consideración mejor que hasta ahora. Es decir, se pide que no se presione en precios a los fármacos que sean fabricados dentro de las fronteras comunitarias. Esto cobra especial relevancia al hablar de los medicamentos esenciales, la mayoría maduros (sin patente) y cuya depreciación ha llegado a cotas muy altas. No se puede estrangular un precio que, por otro lado, tendrá costes de producción más altos, entre otras cosas, porque los derechos laborales de la Unión no se pueden comparar a los del sudeste asiático.
Al mismo tiempo, las compañías ya preparan sus estrategias de reducción de su huella medioambiental. La mayoría de las compañías trabajan para que sus fábricas sean lo menos contaminantes posibles, desde la contratación energética hasta los propios procesos internos. Será la conjunción de ambas variantes la que determine el éxito de la creación de un gran hub farmacéutico en la Unión Europea.
One health
Junto a estos cambios, el paradigma de un concepto de salud más global gana enteros en la sociedad. Tanto el abordaje de la salud animal como la salud medioambiental están intrínsecamente relacionados con la salud humana. Pensar en departamentos estancos será una de las viejas ideas que se irán desterrando a lo largo de la década. Esto es algo que la pandemia ha mostrado a las sociedades pero que los científicos ya avisaban. La deforestación o el excesivo uso de antibióticos en las granjas provoca que la aparición de nuevos patógenos que serán (y son) una amenaza para las sociedades en el futuro más inmediato.